ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

27 abril 2007

UN CLUB, TRES MOMENTOS HISTÓRICOS



Esta semana se cumple el aniversario de los tres encuentros que decidieron otros tantos hitos txuri urdin: los dos títulos de Liga y el último ascenso a Primera.

Tres aniversarios de gratos recuerdos coinciden esta semana en el mundo txuri urdin: nada menos que los de la consecución de los dos títulos de Liga de la Real Sociedad (1980-81 y 1981-82) y el último ascenso a Primera (1966-67).

El pasado lunes, 23 de abril, se cumplieron 40 años del último partido jugado por los donostiarras en Segunda División, cuando tras empatar en el campo del Calvo Sotelo manchego (2-2) obtuvieron el pase a la máxima categoría que de momento no ha vuelto a dejar la Real. Y la cúspide histórica txuri urdin fue la consecución de esos dos títulos ligueros, que llegaron década y media después: el primero tal día como hoy, el 26 de abril de 1981 (hace 26 años), en aquel encuentro disputado en El Molinón gijonés, cuando el mítico gol final de Zamora ante el Sporting y desató la euforia en Gipuzkoa. Y el segundo tal día como ayer, el 25 de abril de 1982 (segunda Liga, hace 25 años), cuando llegó la segunda victoria liguera tras batir al Athletic Club en Atocha, por 2-1.
Recordemos, brevemente, aquellos momentos de inmensa satisfacción en compañía de tres de sus protagonistas: José Antonio Pela Arzak, gran jugador txuri urdin de los años 60 y 70; y Alberto Górriz y Roberto López Ufarte, dos pilares de la época gloriosa de la Real de los 80.PUERTOLLANO, 23 DE ABRIL DE 1967.La mitología realista de la época en blanco y negro tiene una de sus fuentes en Puertollano, localidad manchega en la que los donostiarras consiguieron sellar su vuelta a Primera División tras un lustro de travesía por el desierto.

Formaban parte de aquel mítico conjunto hombres que luego destacarían en la máxima categoría, como José Mari Martínez, actual consejero realista; Gaztelu, padre del también futbolista y realista Agustín Aranzabal, cuya larga carrera empezó esa campaña y concluyó con otro éxito, el de la Liga de 1981; Marco Antonio Boronat, que llegó más tarde a ocupar el banquillo txuri urdin, igual que Alberto Ormaetxea, posteriormente técnico en el doblete de la Real y que jugó todos los partidos de esa campaña menos uno, precisamente el de Puertollano... Además de Pela Arzak, interior diestro que debutó en el primer equipo justo en el primer año en Segunda, y ayudó a la Real a retornar a la elite y seguir allí muchos años más.En realidad, la Real no parecía destinada a subir esa temporada 66-67, de inicio irregular. Pero su segunda vuelta fue alucinante. Como un guiño del destino, venció en Atotxa precisamente al Calvo Sotelo, por 3-1; y, a partir de ahí, enlazó una impresionante racha de 14 triunfos y una sola derrota que dejó a los txuri urdin al frente de la clasificación. "Fuimos subiendo, poco a poco, y al final con el empate nos bastaba" en el mano a mano final contra el Sporting de Gijón, recuerda Arzak. A Ciudad Real "fue un montón de gente" guipuzcoana, muchos centenares que soportaron las carreteras de la época para presenciar in situ un momento que podía ser, y fue, inolvidable. Y los futbolistas "estábamos bastante nerviosos". En la última siesta que echó antes del partido, Arzak recuerda que le comentó a su compañero Zubiarrain, el portero: "¿No te da vueltas el techo?". A lo que el otro respondió que no, como es lógico. "¡Pues a mí sí", se empeñaba Pela. Era puro nerviosismo, claro. Que también se notó sobre el campo, pues la Real llevaba demasiado tiempo fuera de la máxima categoría. Y el empate, el 0-0 inicial, servía. Pero, como la mayor parte de las gestas txuri urdin, el suspense acompañó la jornada. El jugador local Argacha adelantó a los suyos poco antes del descanso, y él mismo amplió la ventaja poco después del intermedio. Goles más psicológicos, imposible. La Real tenía 40 minutos para marcar por partida doble y cosechar el único punto que hacía falta. Superando la tensión, los dirigidos por Andoni Elizondo fueron capaces de recortar distancias en el 58, por medio de un cabezazo de Boronat, y por fin en el minuto 81 un debutante, Arambarri, sellaba el 2-2 de la vuelta a Primera. Lo que pasó después fue "impresionante. Nunca he vivido nada así", recuerda Arzak. Al día siguiente el equipo se dirigió hacia Gipuzkoa, y el recibimiento que les dispensó la población fue sólo equiparable al de la primera Liga, 14 años más tarde. El conjunto ofreció una ofrenda floral a la Virgen de Aranzazu, y se unió para no volver a bajar, promesa que hasta el momento se mantiene. "No fue fácil; al año siguiente tuvimos que jugar la promoción", dice Arzak, "pero ahí estuvimos, dándolo todo en Primera", muchos años más. Y en el viejo Atotxa, "donde la gente estaba encima, y era otra cosa". También el equipo: "Todos éramos de aquí, txuri urdin de corazón. Y fue muy especial: ser de aquí, y subir a Primera...".

Por otra parte, en aquel partido de Puertollano se produjo una anécdota que no ha sido muy destacada hasta la fecha. El colegiado de aquel encuentro fue el colegiado andaluz Medina Díaz, padre del actual árbitro internacional Medina Cantalejo. Además se da la circunstancia de que el colegiado también ascendió al final de esa temporada, al igual que la Real, a Primera División.Estos fueron los protagonistas de aquel día histórico:Ficha técnica:- Fecha y hora: 23-04-1967, 17.00.- Alineaciones:CALVO SOTELO: Espinosa; Gabiola, Astorga, Iturriaga, Marín, Portilla, García, Posadas, Fábregas, Argacha, Hernández. Entrenador: Rafa.REAL SOCIEDAD: Zubiarrain; Gorriti, Iguarán, J.I. Lasa, Martínez, Lema, Urreisti, Arzak, Arregi, Arambarri, Boronat. Entrenador: Andoni Elizondo.- Goles: 1-0: Argacha (m. 40); 2-0: Argacha (m. 49); 2-1: Boronat (m. 58). 2-2: Arambarri (m. 81).
- Árbitro: Medina Díaz, del colegio andaluz. No mostró tarjetas.EL MOLINÓN, 26 DE ABRIL DE 1981.¿Qué seguidor de la Real no recuerda ese día, lo viviera o no? El disputado esa lluviosa tarde en Gijón, hace 26 años, es el partido más emblemático de la historia txuri urdin: aquel en el que la Real consiguió su primer título de Liga, con su mejor equipo de siempre. Y con el inolvidable gol de Zamora a pocos segundos de que el árbitro pitase el final del encuentro, el tanto del empate más valioso de todos los tiempos: fue la gota que llenó la copa del título liguero 1980-81. "Siempre he comentado que es mi mejor recuerdo", asegura Alberto Górriz, central internacional txuri urdin de la época. "Yo dije en ese momento que era el día más importante de mi vida", complementa López Ufarte.La alineación de carrerilla que todo el mundo recuerda, y el resto de la plantilla, debían luchar ese día contra los fantasmas del año anterior. En la 79-80, y tras una temporada ejemplar, en la que la Real se mantuvo invicta durante 32 de las 34 citas ligueras, perdió el partido más importante: el de la penúltima jornada, ante el Sevilla. El triunfo en el último partido ante el Atlético no sirvió, y el título fue para el Real Madrid. Por eso, ante un nuevo encuentro decisivo fuera de casa, los txuri urdin demostraron esta vez que no íban a fallar.
El caso es que al primer título se llegó tras una gran remontada final, porque a nueve encuentros de la conclusión los guipuzcoanos era séptimos, a seis puntos (de los antiguos: dos puntos por victoria, uno por empate) del entonces líder, el Atlético de Madrid. La Real fue capaz de enlazar ocho victorias y dos empates, incluido el 2-2 postrero de Gijón, mientras el Atlético se desmoronaba, y los txuri urdin llegaron al liderato a tres partidos del final, y a la última jornada con un punto de ventaja sobre el Real Madrid, el mismo rival del año anterior... La Real volvía a estar a las puertas: "Parecía impensable que un equipo pequeño como nosotros aspirase a tanto", afirma hoy Roberto López Ufarte, uno de los más recordados de la época. "Pero demostramos que lo del año anterior no había sido una casualidad". Después de la frustración de la temporada 79-80, por puntos conseguidos mejor aún que la de los dos títulos de Liga, "nos conjuramos" para demostrar de qué era capaz la Real.

Nervios sin tregua.Un empate servía, por la diferencia de goles a favor con respecto al cuadro merengue. Pero enfrente estaba el Sporting de la época, un gran equipo. "Y tras el mano a mano del año anterior, y haberlo perdido", describe Górriz, "si alguien nos hubiese pedido un guión para ese partido, nadie habría elegido ése", el que salió: una auténtica agonía. En el primer tiempo, ya en el minuto siete, López Ufarte se internó en el área con habilidad y fue objeto de penalti, que transformó Kortabarria. Pero Mesa consiguió dos tantos que dieron la vuelta al resultado, el segundo de ellos en el minuto 46, mientras a la vez el Real Madrid ganaba su partido en Valladolid.

La Real, y los miles de seguidores que tomaron Gijón, vivieron una pesadilla de ahí hasta el final, luchando contra el recuerdo del año anterior. El Sporting, atrincherado, no daba pie a la esperanza. No obstante, el sueño estaba a un sólo gol, que llegó en el minuto 90: el portero Castro salió a despejar de puños, y el propio y adelantado Górriz le pegó desde lejos, mal. "Me dicen que fue el peor tiro y el mejor pase de mi carrera", explica el central, porque el balón llegó a los pies de Zamora, que fusiló desde dentro del área, logrando el tanto más importante de la historia de la Real.Pero, más allá del partido en sí, todos recuerdan también que la Real no pudo volver a casa hasta cuatro días después, porque pocos días después jugaba Copa en Sevilla... Así que ese bendito domingo, los aficionados txuri urdin regresaron alborozados de vuelta a Gipuzkoa, pero su equipo tomaba rumbo sur, para hacer noche en Madrid, concretamente en el hotel Alcalá, donde fue la primera y más íntima celebración. Coincidieron en el hotel con los jugadores de Osasuna, por entonces en Segunda, "que se alegraron por nosotros" y lo celebraron a la vez.Y el jueves, avión a Gazteiz y, tras comer allí, el autobús txuri urdin emprendió viaje hacia Donostia, por una provincia que llevaba varios días queriendo recibir a sus héroes; "pero no llegábamos nunca", recuerda Górriz, porque por cada pueblo que pasaba, el autobús era asaltado e invitado a entrar por guipuzcoanos que vitoreaban a la Real "y nos traían regalos. Cada pueblo tuvo sus anécdotas, y nunca olvidaré las caras de las gentes, los caseros que bajaban de los montes, sus expresiones de alegría...". "Fue inenarrable", coincide López Ufarte, "un triunfo de toda Gipuzkoa, de los caseros, de la gente que sufría en la sombra".Ficha técnica:- Fecha y hora: 26-04-1981, 17.30. Estadio de El Molinón (Gijón).- Alineaciones:SPORTING DE GIJÓN: Castro; Redondo, Cundi (O. Ferrero, m. 21), Maceda, Jiménez, Uría, Abel, Joaquín, Mesa (Doria, m. 79), Ciriaco, Enzo Ferrero. Entrenador: Vicente Miera.REAL SOCIEDAD: Arconada; Celayeta (Larrañaga, m. 79), Górriz, Kortabarria, Olaizola; Diego, Periko Alonso, Zamora; Idígoras (José Mari Bakero, m. 56), Satrustegi, López Ufarte. Entrenador: Alberto Ormaetxea.- Goles: 0-1: Kortabarria, de penalti (m. 7). 1-1: Mesa (m. 45). 2-1: Mesa (m. 46). 2-2: Zamora (m. 90).
- Árbitro: Enríquez Negreira, del colegio catalán. Amonestó a O. Ferrero, Uría y Doria, por el Sporting, y a López Ufarte, Bakero y Alonso, por la Real.ATOTXA, 25 DE ABRIL DE 1982.Dicen que lo más difícil de llegar es mantenerse, y tras dos temporadas en las que primero rozó y luego ganó el título, la Real Sociedad se enfrentaba a otro reto: repetirlo, insólito para el club de una ciudad y un potencial económico mucho menores que otros. "Yo creo que antes era más difícil" tamaño logro, "porque éramos un equipo hecho sólo con gente de la casa, y ahora es muy difícil" que algo así suceda, opina López Ufarte. "Tuvo un mérito grandioso. Cada uno aportaba su granito de arena, y se ganó gracias al colectivo", describe Roberto, que en realidad era "una buena cuadrilla de amigos, y con mucha calidad". Esa campaña de la Real fue distinta a la anterior, porque los txuri urdin se colocaron entre los tres primeros desde el principio (e incluso fueron líderes entre las jornadas 3 y 12), y nunca dejaron el podio de la clasificación. No obstante, en los últimos cinco encuentros parecía que, de nuevo, todo estaba perdido, pues el F.C. Barcelona tenía cinco puntos de ventaja (dos victorias y un empate) a falta de otras tantas jornadas para concluir. La Real fue capaz de, en esos cinco partidos, conseguir cuatro victorias (incluido el 2-1 frente al Athletic) y un empate, y presentarse en el derbi final, esta vez en casa, de nuevo en cabeza con un punto de ventaja tanto sobre el Barça como sobre, de nuevo, el Real Madrid."Durante toda la semana, estuvimos muy nerviosos", rememora Górriz. "Quizá lo pasamos peor entre semana que en el encuentro en sí", cuando un año antes fue al contrario. Esta vez venía el Athletic a Donostia, "y estábamos convencidos de ganar, pero al mismo tiempo teníamos nuestras dudas", porque todo el mundo daba la victoria demasiado por segura en, al fin y al cabo, un derbi. Por eso "no nos decidíamos a encargar la cena para celebrarlo", porque algunos compañeros decían que podía traer mal fario; el debate duró varios días. "Y, al final, creo que fue Arconada el que dijo que íbamos a encargar la cena y a celebrarlo, porque íbamos a ganar. Fue en el Urepel, y el difunto Tomás Almandoz nos lo abrió en domingo", ya que era un gran hincha realista.Como siempre, "los jugadores importantes debían aparecer en los partidos decisivos", dice López Ufarte. Y él lo hizo en la última jornada de ambas temporadas: tanto en Gijón, donde provocó el penalti del primer tanto, como en Atotxa, marcando el 2-0 de la tranquilidad, tras el tanto inicial de Zamora, ambos en la segunda parte. El 2-1 final del Athletic, en el minuto 85, fue más bien anecdótico. Así describe López Ufarte el suyo: "Lo cierto es que fue una jugada bastante a trompicones", iniciada con un pase largo de Górriz, como también señala el defensa. "Ya dentro del área, los contrarios conocían de mi habilidad" y no se atrevieron a entrarle, por lo que terminó el txuri urdin picando el balón al lado contrario de Andoni Zubizarreta, cancerbero bilbaíno. No se acordaba el extremo de si era el primero o el segundo gol del encuentro, "porque les doy más importancia a la victoria y al título".La celebración es percibida por muchos como intensa, pero menos que la anterior: "Quizá fue un poco diferente, porque ganar tampoco era la novedad, a pesar de que el final fue en casa y en un derbi", explica Górriz. Tras el choque victorioso, un autobús llevó a los txuri urdin hasta el Ayuntamiento, pero en la primera Liga, con aquel viaje copero de por medio, "hubo más tiempo para preparar la celebración". Roberto no está del todo de acuerdo: "Para mí, esa segunda Liga fue tan importante como la primera, o más", asegura López Ufarte. Si un campeonato parecía un imposible, ser bicampeones fue algo difícil de describir; el no va más...Ficha técnica:- Fecha y hora: 25-04-1982, 17.30. Estadio de Atotxa (Donostia).- Alineaciones:REAL SOCIEDAD: Arconada; Celayeta, Górriz, Kortabarria, Murillo (Olaizola, m. 89); Diego (Larrañaga, m. 88), Periko Alonso, Zamora; Uralde, Satrustegi, López Ufarte. Entrenador: Alberto Ormaetxea.ATHLETIC CLUB: Zubizarreta; Urkiaga, Núñez, Lizeranzu, Goikoetxea, De Andrés (Noriega, m. 67), Dani, Gallego, Sarabia, Sola, Argote. Entrenador: Javier Clemente.- Goles: 1-0: Zamora (m. 55). 2-0: López Ufarte (m. 68). 2-1: Sarabia (m. 85).- Árbitro: Soriano Aladrén, del colegio madrileño. Amonestó a los bilbaínos Urkiaga y Sarabia.

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