La Real se presentó ayer en Anoeta en el trascurso de un acto que ha ido perdiendo fuerza con el paso de los años y que dada su discreción apenas fue capaz de reunir a algo más de un millar de aficionados.
Sin embargo, los que acudieron, en un inmensa mayoría niños, se lo pasaron en grande en una mañana de bonanza meteorológica que invitaba más a acudir a la playa que a acercarse al estadio. El sorteo de 23 balones firmados por cada uno de los jugadores de la plantilla -los agraciados tuvieron la ocasión de recibirlos de sus manos y fotografiarse con sus ídolos- y de cien lotes de dos localidades para la visita del Castellón animó un acto que resultó monótono en líneas generales.Siguiendo el modelo de los últimos años, fueron saltando al césped los conjuntos de las distintas secciones deportivas del club. Ejercieron de abanderados el futbolista más joven del club, el infantil txiki Álvaro Odriozola, y la jugadora del equipo femenino Elixabete Sarasola. Abrieron el fuego los representantes del hockey hierba femenino, seguidos por el masculino y los miembros de atletismo, pelota y actividades subacuáticas. A continuación comparecieron el equipo infantil, los dos cadetes, el Sanse -con el que se presentaron Carlos Martínez, Sarasola, Agirretxe y Oskitz- y el primer equipo, que como es lógico se llevó los mayores aplausos. Faltaron los dos conjuntos juveniles, que se encuentran disputando sendos torneos en Sant Carles de la Ràpita y Logroño. De uno en uno, los realistas fueron saludando a la afición, desde Asier Riesgo, el primero en comparecer, hasta Mikel Aranburu, el último. El azpeitiarra se dirigió como capitán a los aficionados, a los que en primer lugar quiso reconocer el apoyo mostrado la pasada temporada. «El año pasado cumplisteis con vuestro papel hasta el último partido y queremos agradecerlo», señaló.Volver a PrimeraAranburu admitió que ahora es el turno de los jugadores y prometió que harán todo lo posible para devolver a la Real a la máxima categoría. «Sabemos que nos toca hablar en el campo y no tanto ante un micrófono, pero quiero aseguraros que este año por ganas y trabajo no va a quedar», aseguró antes de pedir unidad para superar el mal momento que atraviesa la entidad. «Estando juntos, con vuestro apoyo, tendremos posibilidades de estar aquí el año próximo presentando a una Real que vuelva a estar en Primera».El entrenador, Chris Coleman, tomó el relevo para con unas breves palabras en castellano admitir la envergadura del reto que tiene por delante. «Egunon. Gracias por estar aquí. Es un honor entrenar a la Real. Tenemos un reto muy importante. Juntos vamos a trabajar y entre todos podemos lograrlo». Los aficionados premiaron su esfuerzo para comunicarse con una ovación.No tuvo tanta suerte la presidenta María de la Peña, que recibió los únicos pitos de la mañana cuando saltó al césped e inició su discurso. Sus primeras palabras fueron de agradecimiento. «Una vez más, muchas gracias a todos por vuestro apoyo y vuestro ánimo. Quiero expresaros mi agradecimiento por el apoyo permanente que mostráis a nuestro club», señaló antes de anunciar que la Real contaba con quinientos nuevos socios. La máxima autoridad del club ve el futuro con optimismo. «Damos inicio a una nueva temporada y como al principio de cada campaña tenemos nuevos retos, nuevos objetivos. La Real es un club de Primera y a ella tenemos que volver lo antes posible. Es momento de renovar energías, de mirar al futuro con determinación, con fuerza, convencidos de que podemos alcanzar las metas que nos proponemos».
Sin embargo, los que acudieron, en un inmensa mayoría niños, se lo pasaron en grande en una mañana de bonanza meteorológica que invitaba más a acudir a la playa que a acercarse al estadio. El sorteo de 23 balones firmados por cada uno de los jugadores de la plantilla -los agraciados tuvieron la ocasión de recibirlos de sus manos y fotografiarse con sus ídolos- y de cien lotes de dos localidades para la visita del Castellón animó un acto que resultó monótono en líneas generales.Siguiendo el modelo de los últimos años, fueron saltando al césped los conjuntos de las distintas secciones deportivas del club. Ejercieron de abanderados el futbolista más joven del club, el infantil txiki Álvaro Odriozola, y la jugadora del equipo femenino Elixabete Sarasola. Abrieron el fuego los representantes del hockey hierba femenino, seguidos por el masculino y los miembros de atletismo, pelota y actividades subacuáticas. A continuación comparecieron el equipo infantil, los dos cadetes, el Sanse -con el que se presentaron Carlos Martínez, Sarasola, Agirretxe y Oskitz- y el primer equipo, que como es lógico se llevó los mayores aplausos. Faltaron los dos conjuntos juveniles, que se encuentran disputando sendos torneos en Sant Carles de la Ràpita y Logroño. De uno en uno, los realistas fueron saludando a la afición, desde Asier Riesgo, el primero en comparecer, hasta Mikel Aranburu, el último. El azpeitiarra se dirigió como capitán a los aficionados, a los que en primer lugar quiso reconocer el apoyo mostrado la pasada temporada. «El año pasado cumplisteis con vuestro papel hasta el último partido y queremos agradecerlo», señaló.Volver a PrimeraAranburu admitió que ahora es el turno de los jugadores y prometió que harán todo lo posible para devolver a la Real a la máxima categoría. «Sabemos que nos toca hablar en el campo y no tanto ante un micrófono, pero quiero aseguraros que este año por ganas y trabajo no va a quedar», aseguró antes de pedir unidad para superar el mal momento que atraviesa la entidad. «Estando juntos, con vuestro apoyo, tendremos posibilidades de estar aquí el año próximo presentando a una Real que vuelva a estar en Primera».El entrenador, Chris Coleman, tomó el relevo para con unas breves palabras en castellano admitir la envergadura del reto que tiene por delante. «Egunon. Gracias por estar aquí. Es un honor entrenar a la Real. Tenemos un reto muy importante. Juntos vamos a trabajar y entre todos podemos lograrlo». Los aficionados premiaron su esfuerzo para comunicarse con una ovación.No tuvo tanta suerte la presidenta María de la Peña, que recibió los únicos pitos de la mañana cuando saltó al césped e inició su discurso. Sus primeras palabras fueron de agradecimiento. «Una vez más, muchas gracias a todos por vuestro apoyo y vuestro ánimo. Quiero expresaros mi agradecimiento por el apoyo permanente que mostráis a nuestro club», señaló antes de anunciar que la Real contaba con quinientos nuevos socios. La máxima autoridad del club ve el futuro con optimismo. «Damos inicio a una nueva temporada y como al principio de cada campaña tenemos nuevos retos, nuevos objetivos. La Real es un club de Primera y a ella tenemos que volver lo antes posible. Es momento de renovar energías, de mirar al futuro con determinación, con fuerza, convencidos de que podemos alcanzar las metas que nos proponemos».
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