Ha sido una noche especial. Por muchos motivos. Además de conseguir cerrar el año con una brillante victoria, los aficionados han ’jugado’ hoy el partido más que nunca. Y es que los jugadores han lucido con gran orgullo el nombre de los abonados en el frontal de la camiseta, pegados al corazón, donde siempre les llevan. Y también, uno de esos grandes aficionados realistas, José María Olazabal, ha recibido en los prolegómenos del choque la Insignia de Oro y Brillantes de la Real Sociedad, máxima distinción del club txuri urdin, de manos del presidente Jokin Aperribay ante los aplausos de todos los seguidores, en un merecidísimo homenaje tributado al hondarribiarra.
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