Niega que a la Real le pese la temporada y dice que los datos demuestran que la preparación es buena
La Real ha perdido tres de los cuatro últimos encuentros y las alarmas se han encendido. Falta de confianza, cansancio, la dureza de los rivales... Son muchos los factores que pueden influir en el rendimiento del equipo. Pablo Balbi (Montevideo, 1968) descarta la acumulación de partidos como origen del problema. El preparador físico de Martín Lasarte asegura que los jugadores están en buenas condiciones y que los datos científicos desmontan la teoría de que la gasolina se empieza a agotar.
- ¿Llega la Real con las reservas justas al final de la temporada?
- Puede dar la sensación de que a los jugadores o algunos jugadores concretos les falta gasolina, pero no es así. Es una de esas frases hechas que se aplican al fútbol que no siempre son ciertas.
- Contra el Málaga parecía que las piernas no respondían...
- El segundo gol fue un mazazo y a la gente le pudo dar la impresión de que bajamos los brazos, que el equipo estuvo apático, que no le dio para pelear, que no le dio para remontar, que no tuvo agallas... Probablemente fuera así, no lo niego, pero todo el mundo lo relaciona con el estado físico.
- ¿Qué dice el Amisco?
- Ayer me llegaron los datos del partido y me vuelven a dar la razón. Lamentablemente no los puedo mostrar porque son de consumo interno, pero en líneas generales son similares a los de jornadas anteriores. Nuestro juego en el primer tiempo fue superior en intensidad al del día del Levante y superior al del propio Málaga. Pero los goles los marcaron ellos. En fútbol pasan estas cosas y no hay razones objetivas para pensar así. Si el Amisco reflejara que el Málaga corrió el doble que nosotros, admitiría sin ningún rubor que en este partido la hemos pifiado. Pero los elementos que manejamos no coinciden con las sensaciones del entorno ni con lo que cuentan los periódicos. A la Real le pueden remontar partidos como a todos. Y la Real también puede ganar y perder, como todos. No estamos fuera del común denominador del resto de equipos.
- Pero las sensaciones que transmite el equipo son de agotamiento, ya sea mental o físico.
- Todo el mundo puede hablar de sensaciones y de lo que quiera. Cuando ganamos a Almería, Osasuna y Mallorca nadie hablaba de falta de combustible ni nada parecido. Y nadie hablaba de que el equipo estaba acomodado o relajado por tener 35 puntos, como también se dice ahora.
- Esta percepción es generalizada y viene de lejos.
- Estamos sufriendo una mala racha, nada más. En Riazor, por ejemplo, calentamos de forma espectacular y luego jugamos fatal. Y no es porque los jugadores se hayan dejado llevar, algo inaceptable para Martín y para mí. Quien nos conoce sabe que no nos gusta perder ni en los entrenamientos. No permitiremos que los jugadores bajen los brazos cuando el objetivo no está todavía cumplido. Que la gente lo tenga claro.
- ¿Por qué ha bajado el rendimiento de la línea de tres?
- No han estado muy finos, eso es verdad. Puede ser por un problema de confianza o de acumulación de golpes. Y si los principales jugadores de tu equipo, la columna vertebral, tienen una merma futbolística, obviamente se siente. Sucede en todas las plantillas excepto las de Madrid y Barça, que cuentan con recambios de talla mundial que impiden que se noten las ausencias.
- ¿Es un problema de intensidad?
- La intensidad es nuestro caballo de batalla. Si no jugamos con la intensidad necesaria nos convertimos en un equipo vulnerable y podemos perder en casa con el colista, como ocurrió el domingo.
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- ¿Llega la Real con las reservas justas al final de la temporada?
- Puede dar la sensación de que a los jugadores o algunos jugadores concretos les falta gasolina, pero no es así. Es una de esas frases hechas que se aplican al fútbol que no siempre son ciertas.
- Contra el Málaga parecía que las piernas no respondían...
- El segundo gol fue un mazazo y a la gente le pudo dar la impresión de que bajamos los brazos, que el equipo estuvo apático, que no le dio para pelear, que no le dio para remontar, que no tuvo agallas... Probablemente fuera así, no lo niego, pero todo el mundo lo relaciona con el estado físico.
- ¿Qué dice el Amisco?
- Ayer me llegaron los datos del partido y me vuelven a dar la razón. Lamentablemente no los puedo mostrar porque son de consumo interno, pero en líneas generales son similares a los de jornadas anteriores. Nuestro juego en el primer tiempo fue superior en intensidad al del día del Levante y superior al del propio Málaga. Pero los goles los marcaron ellos. En fútbol pasan estas cosas y no hay razones objetivas para pensar así. Si el Amisco reflejara que el Málaga corrió el doble que nosotros, admitiría sin ningún rubor que en este partido la hemos pifiado. Pero los elementos que manejamos no coinciden con las sensaciones del entorno ni con lo que cuentan los periódicos. A la Real le pueden remontar partidos como a todos. Y la Real también puede ganar y perder, como todos. No estamos fuera del común denominador del resto de equipos.
- Pero las sensaciones que transmite el equipo son de agotamiento, ya sea mental o físico.
- Todo el mundo puede hablar de sensaciones y de lo que quiera. Cuando ganamos a Almería, Osasuna y Mallorca nadie hablaba de falta de combustible ni nada parecido. Y nadie hablaba de que el equipo estaba acomodado o relajado por tener 35 puntos, como también se dice ahora.
- Esta percepción es generalizada y viene de lejos.
- Estamos sufriendo una mala racha, nada más. En Riazor, por ejemplo, calentamos de forma espectacular y luego jugamos fatal. Y no es porque los jugadores se hayan dejado llevar, algo inaceptable para Martín y para mí. Quien nos conoce sabe que no nos gusta perder ni en los entrenamientos. No permitiremos que los jugadores bajen los brazos cuando el objetivo no está todavía cumplido. Que la gente lo tenga claro.
- ¿Por qué ha bajado el rendimiento de la línea de tres?
- No han estado muy finos, eso es verdad. Puede ser por un problema de confianza o de acumulación de golpes. Y si los principales jugadores de tu equipo, la columna vertebral, tienen una merma futbolística, obviamente se siente. Sucede en todas las plantillas excepto las de Madrid y Barça, que cuentan con recambios de talla mundial que impiden que se noten las ausencias.
- ¿Es un problema de intensidad?
- La intensidad es nuestro caballo de batalla. Si no jugamos con la intensidad necesaria nos convertimos en un equipo vulnerable y podemos perder en casa con el colista, como ocurrió el domingo.
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