ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

02 mayo 2011

REAL SOCIEDAD 2 FC BARCELONA 1






La Real corta la racha triunfal de un Barça al que dio a probar de su propia medicina en una noche que el realismo jamás olvidará.
Quienes ayer acudieron a Anoeta para disfrutar del fútbol de Messi se quedaron con las ganas. La legión de fans del crack argentino no presenció el espectáculo que esperaban. Pero tampoco se marchó a casa de vacío. Descubrió que el fútbol es mucho más que el tocar y tocar hasta aburrir del Barça, que la fe gana partidos y que hay un equipo en la Liga que viste de azul y blanco y que por nada de este mundo está dispuesto a renunciar a su derecho a competir en la máxima categoría, derecho obtenido con dolor y sufrimiento.
Los miles y miles de espectadores que disfrazaron de blaugrana las gradas del estadio recibieron a sus ídolos entre gritos de histeria, como si de estrellas del rock se tratara. Ése es el error, un error típico de los recién llegados al circo del balompié. Se han acostumbrado a ver por televisión los bailes de Xavi, Villa y compañía, y ya se consideran expertos en la materia. La pregunta que deberían formularse es: ¿Por qué no me gustaba antes el fútbol? La respuesta era sencilla y la tenía la Real. Haber preguntado antes.
La globalización culé pinchó en hueso en San Sebastián y recibió una bofetada de realidad y realismo en una noche que Anoeta jamás olvidará. El Barcelona probó de su propia medicina y descubrió el sabor amargo que tantos y tantos rivales han sufrido en estos tres años de dictadura azulgrana.
La Real adelantó las líneas tras el descanso y presionó a los defensas cerca del área, fórmula que ha convertido a los de Pep Guardiola en campeones. La alineación del técnico catalán era de circunstancias por si las moscas -un 0-2 es un resultado definitivo excepto si es el Madrid el que está enfrente- y se notó el bajón de calidad de los zagueros, lo que favoreció la aparición de los nervios y las imprecisiones en el inicio de la jugada.
Penalti sobre Zurutuza
Así llegó el penalti que dio la victoria a la Real. Zurutuza, acompañado por Griezmann e Ifrán, no se cansó de perseguir la pelota hasta que ésta regresó a su poder. Pisó área con decisión y Mascherano le derribó. Por primera vez en todo el encuentro, Teixeira Vitienes no dudó al tomar una decisión contraria al grande y señaló la pena máxima. Xabi Prieto ejecutó el 2-1 con la maestría habitual, aunque todo el estadio empujó la pelota al fondo de las redes.
El éxtasis se apoderó de las gradas. Hacía tiempo que Anoeta no vivía una velada tan vibrante y la alegría se desbordó por los vomitorios. El todopoderoso Barça caía a manos de un puñado de chavales criados en Zubieta y liderados en sus extremos por la solvencia y reflejos de Bravo, inconmensurable en cada una de sus intervenciones, y la fiereza y oportunismo de Ifrán, autor del tanto del empate al aprovechar de remate picado una asistencia del noruego Demidov.
El himno de la Real resonaba en todos los rincones de la ciudad mientras los gladiadores blanquiazules saludaban desde el círculo central. Con este triunfo, los de Martín Lasarte se colocan con 41 puntos y ya acarician la permanencia con los dedos. Quedan cuatro jornadas para que el campeonato baje la persiana y quizás este botín sea suficiente para seguir un año más en la élite. Lo sabremos este mes.
Pero volvamos al partido, que tuvo miga, como casi siempre que enfrente está un enemigo de estas dimensiones. Hasta la reacción de la Real, el guión fue el previsible. El Barcelona se adueñó de la posesión y movió sus fichas con parsimonia. Como el miércoles en el Santiago Bernabéu, no tenía prisa por resolver la contienda. La circulación es su principal argumento y en ese papel se siente cómodo, dejando que sean otros los que agoten la gasolina persiguiendo sombras. Luego le bastaba un chispazo, un desmarque rápido y un pase vertical, para que los espacios aparecieran.
Afellay se benefició de este planteamiento antes del cuarto de hora, pero su tiro cruzado fue repelido por Bravo. Más fortuna tuvo Thiago en el 0-1. Recibió un mal control de Messi y, de vaselina, abrió la lata. Lejos de venirse abajo, la Real respondió con orden y templanza. Cualquiera se habría lanzado con desesperación al ataque en busca de la igualada, aún a sabiendas de que eso le podría condenar a una goleada de escándalo.
Asentados en el 4-1-4-1 diseñado por Lasarte -Markel fue titular en lugar de Zurutuza y formó junto a Rivas y Aranburu-, los txuri urdin se limitaron a guardar el sitio y mantener las marcas sobre los jugadores más desequilibrantes, como Xavi o el mismo Messi. Todo formaba parte de la estrategia: llegar vivos al tramo final y entonces apostar fuerte por la victoria. Así fue y el premio no tardó en llegar.
Remontada tras el descanso
Seguro que en la charla del intermedio alguien recordó que peligraba el récord de imbatibilidad, arma de motivación esgrimida estos días por el míster. Seguro que hubo gritos de ánimo y palmadas en el cogote. Fuera lo que fuera lo que ocurrió en la caseta, la cuestión es que funcionó. Vaya que si lo hizo.
La Real saltó enrabietada al campo y el pez chico se merendó al grande en cuarenta minutos. Los últimos cinco estaban reservados a la épica, con una sucesión de paradas de Bravo que llenó de orgullo y confianza a compañeros y aficionados. El 2-1 era ya inamovible y el equipo se adjudicó una victoria de prestigio ante los ojos de medio planeta. Quizás ahora aprendan que ni el Barça ha inventado el fútbol ni hay un único camino hacia la gloria. Porque aquí, en este pedacito de globo, existe desde mucho antes la fe en los colores. Y ante eso poco puede hacerse sólo con talento.
Real Sociedad: Bravo, Carlos Martínez, Mikel González, Demidov, Dani Estrada, Rivas (Zurutuza, min.68), Markel (Elustondo, min.88), Xabi Prieto, Aranburu, Griezmann y Tamudo (Ifrán, min.68).
FC Barcelona: Pinto, Montoya (Alves, min.12), Piqué (Mascherano, min.61), Milito (Busquets, min.78), Fontas, Xavi, Thiago, Keita, Jeffren, Messi y Afellay.
Goles: 0-1, min.28: Thiago. 1-1, min.70: Ifrán. 2-1, min.82: Prieto, de penalti.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Colegio Cántabro).


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