ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

12 febrero 2007

mensaje para la directiva "El Consejo necesita ya un 'plan B'"

igual q fui de critico con la gestion de astiazaran y su junta lo voy a ser ahora con fuentes y la suya todo ello lo definiria con la palabra "DECEPCION".
El Consejo de Administración está obligado a gestionar esta situación. Está bien salir a decir que quedan 16 finales y todo es posible, pero eso no basta. Aunque un descenso, el mayor fracaso de los últimos 40 años, acabaría con el Consejo fuera del club -o al menos con la obligación de someterse a una moción expresa de confianza ante los accionistas- eso no le libera de sus obligaciones mientras se mantenga en el cargo.
El Consejo tiene que poner todos los recursos a su alcance para conseguir la permanencia, pero al mismo tiempo debe tener una respuesta concreta a la posibilidad -que nadie quiere, pero que es muy real- de que no se consiga. Porque el fútbol no para y si la Liga 2006/07 termina el 17 de junio, la Liga 2007/08 empieza el 18 de junio. La Real es una empresa y no puede pararse a llorar, tiene que hacer.
El Consejo, siga o no siga, tiene la obligación de tener previstos todos los escenarios para el día siguiente y, por el momento, no parece que maneje un 'plan B' para hacer operativo un equipo en Segunda. Es una previsión odiosa, pero puertas adentro tiene que tener una respuesta organizada y sólida.
DESCENSO Consecuencias económicas graves
Con ser terrible, el daño deportivo que causaría un descenso puede ser menor que el económico. Si la Real baja, se quedaría sin su principal soporte, los derechos de televisión. De los 11 millones de euros que recibe actualmente de Sogecable pasaría a ingresar uno y eso colocaría al club en una situación dramática, esta vez sí al borde de la disolución con el criterio contable de la última auditoria encargada por el actual Consejo al acceder al cargo.
La Real no cuenta con patrimonio inmobiliario para respaldar el coste de una plantilla de Primera en busca de un ascenso inmediato con los ingresos de Segunda. Eso obligaría a vender a todos los jugadores con algún valor en el mercado, cuando la plantilla está devaluada y perdería más valor aún en cuanto descendiese. Además, la situación de varios jugadores, sin renovar o con contratos que vencen, no es la mejor para pedir traspasos.
Parece inimaginable que si la Real baja no haga un proyecto para ascender inmediatamente, por lo que habría que cambiar la política económica. Para retener a jugadores y hacer una plantilla competitiva habría que arriesgar al límite en lo económico. Sin derechos de televisión, con menos socios y patrocinadores, el endeudamiento -contra el que luchó este Consejo- parecería la única vía, pero ¿con qué respaldo?
JUGADORES Una generación marcada
La responsabilidad de los jugadores en esta crisis colosal es absoluta. Es verdad que la plantilla está mal confeccionada, pero no es una de las tres peores de Primera, como se empeñan en afirmar todos los futbolistas, que no hacen sino repetir que no son tan malos y reivindican su categoría para salvarse. Por eso, un descenso sería, en primer lugar, un fracaso de los jugadores, que quedarían marcados por el mayor fiasco de la historia de la Real.
Durante años, muchos jugadores no han hecho más que sobrevivir en Primera, sin dejar huella. En la Real, muchas veces, los jugadores han estado sobreprotegidos, con demasiada facilidad para diluir responsabilidades, lo que ha generado un futbolista de corte menos luchador que ha influido en el perfil del equipo.

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