María de la Peña se reunió el lunes con Miguel Santos para lanzarle un S.O.S. en toda regla ante la crítica situación en la que se ha metido la entidad que gobierna en este arranque de temporada. La presidenta de la Real almorzó por espacio de más de tres horas con el que fuera su rival en las urnas en junio de 2005 para solicitarle ayuda, en forma de salvavidas, que le permita poder dar un giro brusco de timón a una nave que se le está yendo de las manos hacia unas consecuencias difíciles de imaginar. De la Peña apenas pudo extraer de la densa cita un compromiso de unidad y colaboración de un Miguel Santos que, eso sí, expuso a la máxima mandataria de la Real su sincera opinión sobre la devastadora realidad.
El movimiento de María de la Peña puede traducirse en dos direcciones: un síntoma evidente de claudicación, de asumir que han fracasado en su gestión y que, por tanto, necesitan de la receta del que fuera su rival en las urnas -que seguramente optaría por un modelo antagónico al actual- para salir adelante o, por contra, hay que incluirlo dentro de la línea aperturista que la abogada anunció tras la Junta del 30 de junio, que incluía escuchar a todas las sensibilidades del club txuri urdin, con la idea de unir a todo el mundo.
Más allá del objetivo final que persiguiera De la Peña, parece evidente que el actual Consejo se encuentra en una complicada encrucijada en la que podrían estar asumiendo que sus directrices no están siendo válidas sino que, por contra, están llevando al club txuri urdin a su destrucción. Así se desprendería del tono que tuvo la conversación con Santos en la que la presidenta le pidió a su homónimo del Gipuzkoa Basket su modelo para el actual escenario.
Sinceridad absoluta
No hay que ser ningún lince para entender que Miguel Santos, desde fuera, no puede entrar en profundidad a lidiar este toro por lo que se limitó a exponer a De la Peña, con crudeza y sinceridad, su visión sobre el tema. Además, el ex representante de futbolistas se comprometió a ayudar y a apoyar en todo al club txuri urdin para poder superar esta complicada tesitura.
No se puede deducir de esta cumbre que De la Peña esté pidiendo a Santos un relevo al frente del club. Ni mucho menos. De hecho, es impensable, en la actualidad, que el empresario navarro pudiera dar un paso al frente encaminado a hacerse con la presidencia de la Real. Es el actual Consejo quien debe marcar los plazos en ese sentido y sólo si decidieran abandonar su cargo y abrir un nuevo proceso electoral, o de sucesión, la hipótesis de un Santos aspirante a ser, otra vez, presidente de la Real podría tener verosimilitud. Mientras tanto, el navarro se limitará a apoyar como se comprometió con De la Peña el lunes
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