ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

09 septiembre 2008

LA REAL SUPERA SUS TEMORES

La Real confirmó el sábado en La Romareda que el tiempo de las dudas y los miedos ha quedado atrás. El equipo remontó dos goles al Zaragoza, uno de los grandes de la categoría, y firmó un empate que al final supo a poco. El síndrome del descenso es historia para un vestuario que empieza a acostumbrarse a competir por todos los puntos y, lo más importante, a ganar con asiduidad.
La recuperación anímica del vestuario ha sido un proceso largo y no exento de dificultades. Cuando Chris Coleman aterrizó el pasado verano en Zubieta, admitió que lo primero que debía hacer era devolver la autoestima a unos jugadores cuya confianza había quedado por los suelos tras consumarse el descenso de categoría. El técnico galés pidió paciencia porque el trabajo que tenía que desarrollar no era cuestión de días o semanas.
Así, poco a poco, la Real empezó a levantarse y a recuperar el pulso de la competición tras meses y meses, por no decir años, de domingos sin triunfos. De hecho, la etapa de Miguel Fuentes en la presidencia, entre 2005 y 2007, se saldó con un balance de diecinueve victorias en 76 partidos de Liga.
Coleman entregó a Eizmendi un equipo que ya no se venía abajo al menor contratiempo, como sucedía antes con un gol en contra o una expulsión. Al ex entrenador del Sanse, cuyo paso por el banquillo fue efímero pero no estuvo exento de triunfos, le sucedió Juanma Lillo, un hombre con un espíritu didáctico que ha facilitado a los futbolistas la salida definitiva del pozo de las miserias en que se hallaban atrapados.
Aunque la pasada campaña finalizó con un nuevo batacazo moral con el no ascenso de Vitoria, la plantilla txuri urdin ya se había sacudido los temores que la condenaron a Segunda División. Ahora, la Real cree en sí misma y en la filosofía del míster, lo que le permite protagonizar remontadas como la de Zaragoza, algo que no ocurría desde hace años.
El equipo sabe a qué jugar aunque las circunstancias no acompañen e insiste en la fórmula pese a recibir dos goles en diez minutos. Ése es el único secreto del éxito.
La presión es menor
La Real se ha beneficiado también, y así lo reconocen los propios jugadores, del descenso del conjunto maño. Los blanquiazules ya no son el coco de Segunda, papel que recae esta temporada en el Zaragoza del mecenas Agapito Iglesias.
Como le sucedía a la Real la pasada campaña, esta vez serán ellos quienes deban enfrentarse a rivales mentalizados en hacer el partido de su vida y a aficiones que se vuelcan con sus colores previo pago de suplemento en la entrada por ser día del club.
Además de con el Zaragoza, la presión de ser el equipo a batir se reparte con Celta, Murcia y Levante, ex primeras cuyo principal objetivo vuelve a ser el ascenso. No tienen el nombre ni la historia de Real o Zaragoza, a los que se ve con escasa frecuencia por los campos de Segunda, pero cuentan con planteles superiores a los de la mayoría de integrantes de la Liga Adelante. Los ojos de la división de plata ya no miran sólo hacia San Sebastián y el vestuario debe aprovecharse de ello.

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