Bravo será traspasado si llega una buena oferta y el caso de Xabi Prieto es delicado. Los cedidos volverán a sus clubes de origen
La Real ha comenzado a planificar la próxima temporada y, tras conocer la marcha de Díaz de Cerio y la negativa de Castillo a jugar en Segunda División, en el seno del club ya se han hecho a la idea de que casi la mitad de la plantilla causará baja el 30 de junio. Es el caso de los cedidos. Necati, Dramé y Marcos regresarán a sus lugares de origen, si bien se estudia la posibilidad de volver a pedir al Villarreal la cesión del interior ibicenco, quien tan buen rendimiento ha ofrecido en estos meses.
Tampoco seguirá Moha, a quien se fichó para una campaña, ni uno de los porteros. Bravo será traspasado si llega una buena oferta y con Riesgo, que ya ha comunicado que no quiere volver a Segunda División, están abiertas todas las opciones.
Gerardo parece estar más fuera que dentro. El riojano termina contrato y, en principio, no hay interés por renovarle. Y Abreu queda libre, pero su continuidad es complicada en esta situación económica, según admitió él mismo la semana pasada.
El caso de Xabi Prieto es delicado. Renovó por unas cifras inasumibles para un club en proceso concursal y es precisamente esa ficha la que podría retraer a posibles compradores. Son varios los equipos que han mostrado interés en hacerse con sus servicios, pero todavía no ha llegado una oferta concreta e importante a las oficinas de Anoeta. Su continuidad en las cantidades actuales está descartada.
El resto de la plantilla será la base del proyecto 2009/10. Zubikarai, Markel Bergara y Labaka acaban de renovar. Carlos Martínez, Ansotegi y Mikel González han entablado ya conversaciones para ampliar sus contratos. A Elustondo se le aplicará en breve la prórroga automática de dos años. Agirretxe, Sergio Rodríguez y Estrada están bien atados. Y Diego Rivas, quien rebajó sus emolumentos a principio de temporada, quiere quedarse y en la Real están contentos con él.
Illarramendi y Sarasola
Ante esta situación, la Real deberá cubrir al menos diez bajas para afrontar la próxima campaña. Los técnicos recurrirán a la cantera, donde destacan dos jugadores sobre el resto. Asier Illarramendi, centrocampista llamado a dar el salto al primer equipo, podría ser la principal novedad. No se descarta incluso la posibilidad de que antes de que termine esta Liga pueda ser convocado por Lillo para algún partido.
Iñigo Sarasola, quien ya debutó con la Real en el partido inaugural de la anterior temporada, sería el otro canterano con sitio en la primera plantilla. Es lateral, zurdo y ante la falta de efectivos en esa demarcación, tiene el camino expedito.
Hay más futbolistas interesantes en el filial que también contarán con oportunidades como el centrocampista Zurutuza o el delantero Viguera.
La idea de la dirección deportiva es apuntalar algunas líneas del equipo, para lo que habrá que salir al mercado. Se busca un goleador y un interior zurdo, además de otros refuerzos. En ningún caso la inversión puede superar los límites establecidos por el régimen concursal, por lo que un año más las cesiones serán la tabla de salvación de la Real. El problema es que los equipos grandes no cierran sus plantillas y confirman sus descartes hasta el último momento, por lo que el margen de maniobra y el tiempo para pescar entre los excedentes es escaso.
La filosofía es apostar por los canteranos que merezcan una oportunidad y acertar en las tres o cuatro incorporaciones que se acometan. Todo un reto.
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