ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

20 abril 2009

EL PENALTI ASESINO

Las imágenes relataron algo muy distinto a lo que vieron los ojos cuando se produjo la acción. Las reacciones de los jugadores, además, hicieron pensar que se había producido un nuevo atropello arbitral. El colegiado parecía arrepentirse nada más señalar el punto fatídico, Kome se levantó rápidamente como para sacar rápido el córner, ningún jugador del Tenerife protestó... La impresión nítida en el directo es que el impetuoso Carlos Martínez toca balón antes de golpear al atacante del Tenerife. La televisión muestra que el lateral de Lodosa puede arrollar con su pie izquierdo al camerunés antes de enviar el cuero fuera del campo. En todo caso, un penalti polémico. Lizondo, el mismo que salió a la carrera el primero cuando la amenaza de bomba en el Bernabéu, estuvo lince, vio lo que no había visto nadie en el directo. Y ahí acabó todo. El partido y las mínimas esperanzas que le quedaban a la Real de pelear por subir.

No dio tiempo ni para paladear el séptimo gol de la temporada de Abreu, producto de otra gran jugada colectiva txuri urdin, culminada con el centro al segundo palo de Prieto y el inapelable testarazo del uruguayo, que habita en el segundo palo. Fue casi en la jugada siguiente y además tuvo otro aspecto sangrante: una vez más, Bravo estuvo a punto de parar el disparo desde los 11 metros. Adivinó la intención de Nino -como siete días antes con Alaña- y se arrojó al césped con toda la intención y las trazas de pararlo, pero la ejecución del delantero fue tan certera que no hubo nada que hacer. A la Real le han metido los cinco penaltis que le han chutado este año. Bravo paró uno, ante el Hércules, pero entonces lo mandaron repetir.

No levantó la cabeza la Real a partir de ese momento. Las oportunidades marradas en la primera parte ya habían rasgado su moral, pero la igualada, que tampoco les valía, fue la tumba de su ánimo y de su juego.

El segundo de Nino fue el cruel remate. Es imposible conocer qué mecanismo interno animó a Carlos Martínez a peinar ese balón hacia atrás en lugar de despejarlo hacia adelante. Además, el delantero sólo llega centésimas de segundo antes que el portero al balón dividido para empujarla a la red.

Otro penalti. Otro maldito penalti que aniquila las opciones realistas. Cuando no es uno a favor que no se marca, es uno en contra que mata. Y además, polémico. La expresión 'pena máxima' que se utiliza para designarlo la acuñó un realista seguro

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