El Sanse necesita más, bastante más, para llevarse los tres puntos. A falta de tres jornadas para el pitido final, tiene las cosas muy difíciles para salvar la categoría. Eso lo pienso hoy. Seguro que el próximo domingo, cuando el balón eche a rodar otra vez, me vuelvo optimista...
El encuentro de ayer, francamente, quita la moral a cualquiera. El cuadro de Imanol Idiakez no fue capaz de doblegar al Sestao, que también pasa apuros en la tabla, y la verdad es que no hizo muchos méritos para ello.
Zurutuza, lejos de su mejor nivel y Viguera tuvieron las dos únicas de la primera parte, pero la vaselina del centrocampista y el disparo del delantero no entraron. El Sestao reaccionó y, apoyado por su afición, tuvo una llegada muy clara en un chut de Txiki tras pase de Jokin, pero Iturrioz estuvo verdaderamente acertado.
El choque se diluyó bajo la espesa niebla del ardor guerrero, de la lucha por cada balón como si fuera el último, pero no había brillantez. Otra vez Zurutuza, cerca ya del descanso, dispuso de una falta desde la frontal que se marchó cerca de larguero. Mientras tanto la grada, donde vimos a Juan Luis Larrea en compañía de Miguel Santos, se enfurruñó y comenzó a perder la paciencia.
El segundo tiempo fue todavía más pobre. Aumentó la emoción, pero decayó la calidad del juego. Gabilondo sustituyó a Ozkoidi, desaparecido en combate, pero el veloz extremo donostiarra tampoco tuvo su día.
Txiki puso a prueba a Iturrioz en el ecuador y éste respondió enviando el balón a córner. Poco después, Oskitz recibió un buen balón en el área, pero el defensa verdinegro estuvo muy rápido para despejar. Estuvo ahí el gol.
A partir de ahí no vimos nada más. Un aficionado la tomó con Viguera, que no cuajó precisamente su mejor choque como realista. Así no se anima. Al riojano, fallón en el pase, no le salió nada y terminó el choque apesadumbrado.
Pasillo al campeón
El Real Unión, flamante campeón, visitará Zubieta el próximo domingo. El seguidor del Sanse espera una ayudita de su vecino. Por de pronto, ayer ya pudimos ver a Iñaki Alonso tomando notas en Zubieta. ¿Nos echará una mano el Real Unión?
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