La Real Sociedad se ha hecho con la victoria en el partido disputado frente al Nástic en Anoeta gracias a un sorprendente gol del guardameta Claudio Bravo, que ha mostrado sus habilidades en el lanzamiento de libres directos. Aunque la ventaja ha sido mínima, los donostiarras se han mostrado muy superiores sobre el terreno de juego y han tenido el control del partido en todo momento. Es una importante victoria para la Real, tras el bache de tres jornadas sin ganar.
El equipo txuri urdin ha saltado al campo con Bravo en la portería; Carlos Martínez, Ansotegi, Labaka y De la Bella en la zaga; Rivas y Elustondo en el doble pivote, con Nsue y Griezmann en las bandas; Aranburu en la mediapunta y Carlos Bueno en ataque.
La Real ha comenzado el encuentro buscando la posesión del balón y el dominio del juego, con combinaciones rápidas del centro del campo en adelante. Ha avisado pronto el equipo donostiarra con un disparo de Rivas tras una serie de paredes. Los donostiarras llegaban con facilidad y mantenían al Nástic en su campo la mayor parte del tiempo, aunque cuando los catalanes han podido salir también han generado peligro en el área de la Real.
Al borde del descanso, Griezmann ha provocado una falta al borde del área del Nástic, y para sorpresa de todos, Bravo ha subido para ejecutarla. Lo que parecía que iba a quedar en una extravagancia, ha terminado en gol para la Real, después de que el lanzamiento del guardameta chileno se envenenase al tocar en un defensor del Nástic. Anoeta se ha venido abajo, que ha despedido el primer tiempo al grito unánime de 'Bravo, Bravo'.
Tras la reanudación, los realistas han vuelto al cesped espoleados por el sorprendente gol, y han dispuesto de varias ocasiones para ampliar su ventaja, la más clara una preciosa jugada colectiva que Aranburu ha terminado rematando alta en boca de gol.
El equipo txuri urdin ha seguido dominando el encuentro durante la segunda mitad, ahogando los ataques del Nástic, mientras buscaba a su vez la sentencia del encuentro mediante una acción al contragolpe. El control del partido se ha hecho más patente tras la expulsión de Medina por doble amarilla. Nsue ha podido marcar el gol de la tranquilidad tras ser asistido por Aranburu, pero su disparo se ha marchado alto.
El Nástic lo ha intentado en los minutos finales, pero la Real ha sabido mantener el resultado que le daba tres importantes puntos al equipo donostiarra.
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