ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

14 diciembre 2010

Anoeta despide un año inolvidable La Real sólo ha perdido tres partidos en casa y espera al Valencia con sed de revancha


Anoeta se prepara para decir adiós a un año inolvidable. Han sido 365 días de emociones y alegrías, sufrimiento y júbilo, abrazos y cicatrizaciones. La consecución del retorno a la élite después de tres campañas de castigo en el infierno de plata ha devuelto la ilusión al realismo, que disfruta con el juego y los goles de su equipo, sobre todo en casa, donde el sábado recibirá al Valencia con sed de revancha.
Capítulo aparte. La Real perdió en el Camp Nou, como era de prever, y encajó una goleada que en otras circunstancias se consideraría humillante. Pero enfrente estaba el llamado mejor equipo del mundo, uno de los más brillantes y espectaculares de la historia, y eso condiciona cualquier análisis. Lo peor de la visita al coliseo blaugrana, capítulo aparte del calendario, fue la permisividad de los jugadores blanquiazules, a quienes Martín Lasarte reprendió por ponerle la alfombra al Barça. Más que los cinco goles, que también, lo doloroso fue la falta de contundencia en determinados lances del juego. Un par de derribos, aunque sean por amor propio, suelen hacer mella en el rival. Sólo hubo una tarjeta en todo el partido, casualmente para el centrocampista argentino Javier Mascherano.
El dato refuerza la tesis de que la Real no aplicó al duelo la intensidad habitual. Ésa es una de sus principales armas, la razón por la que esta temporada puede jugar en estadios de 90.000 asientos. En Segunda se hartó de ganar partidos a base de casta, virtud que en Primera no es suficiente pero sí necesaria. La efectividad de los hombres de ataque completa la fórmula del éxito txuri urdin en este año que termina, un 2010 para recordar.
Partido grande. Como broche de oro, la Real recibe el sábado al Valencia (22.00 horas, LaSexta), otro de esos encuentros señalados en rojo en el calendario. Los de Emery están un peldaño por encima en casi todo, pero son terrenales. Se les puede derrotar sin la necesidad de que coincida un alineamiento de los planetas, como ocurre en el caso del Barça.
Anoeta se merece una fiesta final tras un ejercicio mágico, en el que la Real ha recuperado su lugar entre los grandes y el club ha encauzado sus problemas económicos. Hoy, a pesar de la manita del domingo, resulta fácil sentirse orgulloso de este equipo. Y más en casa, donde rivales con quince veces mayor capacidad presupuestaria han sufrido para llevarse los puntos.
Los números de la Real como local son demoledores. En estos últimos doce meses, únicamente Elche, Real Madrid y Atlético han salido victoriosos de San Sebastián y lo lograron en unas circunstancias que habría que tratar en profundidad. El resto, tanto en Segunda como en Primera, ha debido conformarse con un empate en el mejor de los casos. Aquí han mordido el polvo equipos como Betis, Levante, Hércules, Villarreal, Espanyol, Deportivo o Athletic.
Desde que arrancó la actual campaña, la Real sólo ha claudicado frente a los conjuntos madrileños, con un balance de cinco triunfos en siete encuentros. Además, siempre que ha ganado ha dejado su portería imbatida.
Favoritos al triunfo. La presencia del Valencia sobre el césped de Anoeta devuelve a la Real su condición de favorita, como siempre que juega en su estadio. Ya lo dijo Aperribay en los días previos al derbi: «En casa somos favoritos ante el Athletic, el Real Madrid, el Bayern de Múnich o contra todos a la vez». Sin caer en la bilbainada, estas palabras encierran un mensaje directo a los rivales. La Real ha vuelto, fue campeona de Segunda, se ha reforzado con dinamita y discutirá la victoria a quien se le ponga delante, se llame como se llame. Las casas de apuestas no obvian esta realidad y ofrecen para el partido cuotas acordes a la lógica. Si el triunfo blanquiazul en el Camp Nou se pagaba a veinte euros por euro apostado, una derrota del Valencia no hará rico a nadie.
Recuperación anímica. Lasarte dispone de cuatro días para preparar el último partido del ejercicio. El míster programará dos sesiones a puerta cerrada, la segunda de ellas en el escenario del choque, aunque deberá dedicar buena parte de sus esfuerzos a recuperar anímicamente a sus futbolistas.
A pesar de que el tropiezo del Camp Nou entraba dentro de los planes, el vestuario está dolido porque cinco goles son muchos goles y la mayoría nació en errores propios. Ahora toca repasar el vídeo y corregir las deficiencias detectadas, que fueron notorias. El Valencia no es el Barça, pero cuenta con figuras capaces de decidir un partido.

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