El portero de la Real Sociedad Claudio Bravo vivió una noche aciaga tras el error en el despeje que propició el gol de Aritz Aduriz y la victoria del Valencia en el descuento, una desafortunada circunstancia que se repite en la grandes citas del portero chileno.
En San Sebastián, donde fue aclamado tras el fallo, todos conocen de sus virtudes porque en muchas ocasiones ha salvado a su equipo, de hecho nadie comprende la victoria ante el Espanyol hace varias jornadas sin la portentosa actuación del chileno, pero lo cierto es que cuando se coloca en el gran escaparate de los compromisos mediáticos la fortuna no está de su lado.
En el partido anterior, en Barcelona, encuentro que podría haberle revalorizado, su equipo no tuvo su mejor tarde, como casi ninguno de los que tratan de hacer frente al equipo azulgrana esta temporada, y Bravo se vio batido en cinco ocasiones.
En el partido ante el Real Madrid, a principios de temporada, un gol de Di Maria increíble y el afortunado despeje en la barrera tras un lanzamiento de Ronaldo que descolocó a Bravo le impidió acaparar titulares en una noche que podría haber sido grande para él.
En el Mundial de Suráfrica, campeonato en la que sus expectativas y las del club donostiarra eran enormes, también tuvo un lance desafortunado del que se benefició Villa para dejar el partido encarrilado.
No obstante esto no debe de ocultar que en la balanza de su rendimiento las buenas actuaciones superan de largo a las negativas y además hay que tener en cuenta que para el choque ante el Valencia fue duda hasta el último momento por un esguince de tobillo que pudo haberle condicionado en alguna acción puntual.
Ahora, Bravo y los jugadores realistas tienen unos días para olvidar el traspié del sábado porque las vacaciones permitirán recargar las pilas y preparar el encuentro de Zaragoza del nuevo año en las mejores condiciones posibles a partir del lunes 27 de diciembre.
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