ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

27 septiembre 2014

Un estilo por definir


  • El gran triunfo ante el Madrid, única luz de un inicio frustrante

  • La Real se ha dejado ya el 73% de los puntos disputados



Lo primero que tiene hacer la Real es definirse, saber qué quiere ser de mayor, cómo quiere gestionar y ganar los partidos. En este inicio de competición de cambios e indefinición, ha conseguido que se le escapen el 73% de los puntos en litigio (11 de 15) y que el brillante triunfo ante el Madrid que ilusionó a toda la afición haya sido la única luz entre una cueva llena de sombras.
Ya no valen las excusas: la necesidad de comenzar a competir pronto, de compaginar dos competiciones, de las lesiones de jugadores importantes como Vela... Europa fue historia ya en agosto y Jagoba Arrasate ya tiene a todos los elementos a su disposición, salvo Zurutuza, que podría volver ante el Valencia. Están todos los que son por lo menos hasta diciembre. Ahora hay que ordenarlos e intentar que exploten sus virtudes y escondan sus lagunas. Hacerles felices en el campo. Claro que los futbolistas también tienen que sembrar en el campo.
El 4-4-2 con rombo, que tantos problemas generó al principio y tan poco gustaba a los futbolistas, es historia, pero con el nuevo 4-2-3-1, la Real no termina de tener empaque ni continuidad, ni logra controlar los partidos. Por eso es importante primero tener un guión, un estilo en el que todos crean y maten por él, un ADN futbolístico reconocible que el equipo txuri urdin no tiene desde casi el inicio de este año 2014.
1. Inferior en todo al Sevilla
Las sensaciones que se percibieron en el campo fueron contundentes. El Sevilla, especialmente al inicio y al final, fue superior y mereció una victoria más contundente, que evitó Eñaut Zubikarai con algunas intervenciones soberbias. Los datos que arrojó el encuentro no hicieron sino ratificar esta impresión, a pesar de que algún jugador realista hablara, de forma difícil de explicar, de un partido igualado en el que lo más justo hubiese sido el empate. El conjunto hispalense tuvo más el balón (53% y 47%), chutó mucho más a puerta (19 disparos en total y ocho entre los palos por ocho y uno de la Real), lanzó más saques de esquina (11 y 4) y, desde luego, marcó un gol más. Además, jugó más agresivo e hizo más faltas (13 y 7) que la escuadra de Jagoba Arrasate.
2. Otro regalo defensivo
Lo normal es que en un campo como el Sánchez Pizjuán, uno de los más difíciles de Primera División, el equipo rival reciba por lo menos un gol y conceda ocasiones a un Sevilla siempre bien armado y crecido ante su cálida parroquia. No lo es tanto que la Real haya encajado goles en todos los partidos y que en los cinco de Liga disputados y en siete de los nueves oficiales haya tenido que remontar un resultado adverso, lo que, evidentemente, complica mucho las cosas. Especialmente en los últimos partidos, los enemigos se han beneficiado de errores de bulto de los txuri urdin. Ante el Almería, Eñaut facilitó con su salida el 0-1 y en Sevilla, el fallo fue en cadena. Gaztañaga salió a tapar y dejó un agujero, Xabi Prieto no tapó a Trémoulinas y, sobre todo, De la Bella se cenó el desmarque de Deulofeu, que remató a placer a la espalda del lateral izquierdo catalán.
3. Un punch que se añora
Hace sólo 16 meses la Real era implacable con el equipo rival, un rodillo en los tsumanis de fútbol que tenía. Se fue Illarra y con él el equilibrio, se fue Bravo y con él la garantía bajo palos y la confianza de los defensas y se fue Griezmann –cuatro meses antes de irse oficialmente por cierto- y con él la chispa y la solución al espacio. Y a esta Real le cuesta horrores hacer gol y ser continua en su ataque. Contra el Almería se topó con los postes y un portero inspirado, en Sevilla, contra su propia inoperancia ofensiva. Chory Castro es quien le puso un mínimo de salsa picante con su remate sin ángulo a la parte superior del larguero, un chut al exterior de la red y una rosca en una falta. Un gol, improductivo, del uruguayo, en dos partidos es el resultado. Vela y Finnbogason,suplentes y nulamente revulsivos hace dos días, están llamados a ser la solución.

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