ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

04 septiembre 2011

El Sanse mereció vencer pero se quedó sin pólvora El filial txuriurdin, que remató una vez al larguero, sólo pudo arrancar un empate frente a la Arandina

El fútbol es un deporte tan raro que será seguramente el único en el que el mejor no gana siempre. Eso le pasó ayer al Sanse, incapaz de perforar la meta de la Arandina pese a generar más peligro.
El conjunto burgalés, por cierto, mantiene un hueco en el imaginario txuri urdin ya que se midió al Sanse en Atocha el mismo día que la Real ganaba su primera Liga en Gijón. Empataron a uno y el tanto del filial realista lo anotó José Ramón Eizmendi.
Los de Meho Kodro llevaron el peso en el primer periodo. Sin mucha brillantez, pero dejando clara su condición de local. Hervías, incisivo como siempre, trató de llevar el protagonismo y se le vieron detalles de su calidad. Además, el riojano probó fortuna en un disparo desde fuera del área.
Suyo fue el centro más peligroso del primer tiempo, que provocó una buena intervención de Alex para alejar el peligro. Lástima que Ros, ayer por todos los lados, no pudiera marcar en el rechace.
Quizá la mejor jugada del Sanse llegó poco antes del descanso en una buena combinación entre Ros y Beitia que terminó con un remate repelido por el larguero. El balón no entró, pero el árbitro se volvió loco en primera instancia y dio validez al tanto aunque se retractó posteriormente tras consultar con su linier. De locos.
Tras el paso por vestuarios, el Sanse fue aún más autoritario. Ayudado en el fútbol de toque de Beitia, Sangalli y Ros, los de Kodro llegaron con más fluidez al área de los amarillos. Y fue difícil de creer que Alex le sacara un chut a bocajarro a Ros, otra vez él, tras una buena internada de Hervías.
El Sanse rondaba el gol. Lo merecía. Pero justo en ese momento dejó de acelerar y permitió crecer a su oponente. El partido se volvió un correcalles, con mucha distancia entre líneas, y la Arandina se asomó en varios contragolpes.
Su fútbol fue primitivo, lo más directo posible, pero lo suficiente como para intimidar por momentos a la zaga realista, que no termina de jugar como Dios manda. Gaztañaga, por ejemplo, sigue de central zurdo cuando es una evidencia que desde esa posición tiene más problemas para sacar jugado el balón.
La artillería pesada
Kodro apostó en el tramo final por Kenan Kodro, Ozkoidi y Barcina. Puso toda la carne en el asador. Y precisamente el interior donostiarra estuvo cerca de marcar al recoger el despeje del portero en una falta, pero no atinó a anotar el gol de un triunfo que su equipo mereció sin duda. Pero la cuestión es que el Sanse se quedó sin pólvora. Cosas del fútbol.

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