ESCUDO DE NUESTRA PEÑA

ESCUDO DE NUESTRA PEÑA
peña txuri-urdin alcarreña

29 octubre 2010

A la Real se le apagó la luz ante el Almería en la segunda mitad y perdió (2-3)

La Real Sociedad desperdició una ventaja de dos goles y terminó sucumbiendo ante el Almería en una nefasta segunda parte 

Lo que es fútbol. La Real echó por tierra en 45 minutos el magnífico trabajo que había realizado en el mismo tiempo. Se marchó al descanso con una ventaja preciosa de dos goles –gracias a los tantos de Sarpong y Elustondo– y terminó sucumbiendo ante un Almería que destrozó la defensa txuri urdin con un golpe de fortuna y varios contraataque mortales. A los de Martín Lasarte se les apagó la luz en el intermedio, un punto de inflexión que coincidió –casualidad o no– con la salida del campo de Aranburu, el hombre que había dado hasta ese momento sentido y equilibrio al juego del equipo.
Lo que es el fútbol. Esta crónica tiene dos caras, como la Real ayer. Jekyll y Hyde en el mismo día. Los quince mil valientes que se acercaron hasta Anoeta disfrutaron de un primer periodo muy completo. La Real jugó con intensidad, concentración y verticalidad, tres cualidades que le han traído hasta Primera División y ante las que ya han claudicado rivales de entidad como el Villarreal y directos como Espanyol y Deportivo.
Lo que es el fútbol. Antes de la debacle resultaba complicado destacar a uno solo de los once realistas que saltaron al césped. El público coreó el nombre de Sarpong, autor del 1-0 al aprovechar un mal control del lateral Jakobsen. El holandés, atento al posible error, se movió rápido y armó la zurda, su pierna menos buena, para alojar el cuero junto al palo izquierdo de la meta defendida por Esteban.
Sarpong, ese niño que quería ser bailarín y que en el fútbol ha hallado un hábitat propicio para lucir sus virtudes, protagonizó algunas de las más brillantes acciones de este periodo. Pero no sería justo elevarle un peldaño por encima de sus compañeros, ya que todos jugaron de nota. Las dos bandas funcionaron a la perfección, con De la Bella apoyando las subidas de Griezmann y Estrada, en sus primeros minutos de la temporada, trató de hacer lo mismo con Sarpong.
Lo que es el fútbol. Las variantes en ataque se sucedían, lo que sin duda terminó por apabullar a un Almería que se limitó a probar fortuna desde la distancia. Griezmann y Sarpong intercambiaban sus posiciones mientras Aranburu cargaba de lógica el engranaje. La presencia del capitán en la zona de tres cuartos liberó además a Elustondo de las ataduras propias del doble pivote, donde el beasaindarra formó un tándem inexpugnable con Rivas.
Elus tiene toque, zancada y llegada, como se vio en el segundo gol de la noche. Imanol Agirretxe recuperó un servicio pasado, esperó su irrupción desde atrás de Elustondo y le puso la pelota en la cabeza.
Lo que es fútbol. Anoeta se volvía loco. 2-0 en apenas media hora de partido y con la Real jugando a un altísimo nivel. En la retaguardia no hubo sobresaltos. Labaka se disfrazó de bombero y apagó los conatos de incendio que rondaban el área. Y cuando ni él ni Ansotegi acertaban a frenar a los tanques de Lillo, emergía la figura de Zubikarai para poner las cosas en su sitio.
Un castillo de naipes
Pero todo el castillo de naipes se vino abajo a la vuelta de vestuarios. Lasarte se olvidó en la caseta a Aranburu y la Real se transformó en su peor pesadilla. Como era de prever, el Almería se fue arriba con todo y el devenir de los minutos y las ocasiones hacían presagiar un desastre, como finalmente sucedió.
Los andaluces se toparon el primero de su cuenta en un disparo inocuo de Goitom que rebotó en la rodilla de Ansotegi y ante el que Zubikarai no pudo hacer nada. Poco después, otro recorte afortunado de Ulloa –con manos incluidas– significó el empate.
La sonrisa de Anoeta se tornó en mueca y sonaron tímidos silbidos, que cerca del desenlace se convertirían en atronadores con el 2-3. Una contra definitiva, con Ulloa de nuevo como estilete, desniveló la balanza del lado rojiblanco. Fue sólo un instante después de que Llorente, ya sobre el campo como Xabi Prieto, estrellara un balón en la madera.
Lo que es el fútbol. Un partido resuelto, una eliminatoria encarrilada... Todo saltó por los aires en 45 minutos garrafales. ¿Cómo es posible que un equipo cambie tanto en tan poco espacio de tiempo? ¿De quién es la culpa? ¿Se podía haber solucionado antes de que la sangre llegada al río?
Preguntas en el aire. Preguntas sin respuesta. Preguntas que seguramente se formularon los aficionados en el camino de regreso a sus hogares, cabizbajos y mascullando sabe Dios qué blasfemias dirigidas a Dios sabe quién.
Lo que es el fútbol. La Real vuelve a tirar la Copa, como viene haciendo en los últimos veinte años. Pero esta vez el tropiezo es más doloroso si cabe porque el Almería estaba muerto. Pero eso no es lo peor de todo. Lo peor es que luego no fue capaz de encontrar una solución al desaguisado y los propios jugadores se hundieron en un mar de dudas y desconcierto.
Reaparecieron los fallos tontos, los nervios, las pérdidas de balón... Ya nadie parecía tan magnífico como en la primer parte: ni Zubikarai, ni Ansotegi, ni Estrada, ni Sarpong, ni Elustondo, ni Rivas, ni Griezmann, ni Labaka, ni De la Bella, ni Agirretxe.
Ahora sólo queda levantarse y seguir adelante, porque en realidad la Copa no le interesa más que al que alcanza la final. ¿No era así? Lo que es el fútbol.

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