El empujón definitivo a la obra lo daría la confirmación de la concesión a España y Portugal de la organización del Mundial de 2018 y que San Sebastián fuera designada como subsede.
La reforma del estadio, que actualmente cuenta con un aforo de 32.000 asientos, pasaría a tener, de llevarse a efecto, por encima de los 40.000 y permitiría a la Real Sociedad ensanchar su base social, actualmente en torno a los 26.000 abonados.
El nuevo estadio tendría una configuración muy distinta a la actual, con cuatro torres que además de afianzar la estructura albergarían espacios comerciales y de negocio.
La idea es que la financiación que precisará el estadio -se habla de una cantidad que rondaría los 80 millones- no recaiga en el Ayuntamiento, y el alcalde ya ha precisado que la aportación municipal sería respecto al pago de los tributos o tasas, ya que en su día el consistorio aportó más del 50% del valor de Anoeta.
El nuevo San Mamés es la referencia a este respecto para el regidor donostiarra.
La reforma, pendiente de la explicación que ofrezca Elorza a este respecto, obligaría a realizar un nuevo planeamiento urbanístico para adaptar la nueva construcción que resulte al ordenamiento jurídico.
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