Lillo lamentó la ocasión perdida pero no quiso arrojar la toalla
Admitió que la Real pagó caro la falta de definición con el 1-2
Juan Manuel Lillo compareció con rostro apesadumbrado en la sala de prensa. No era para menos. La Real había dejado escapar una situación de privilegio para ascender a Primera. Así de resignado comenzó su comparecencia. «Tengo que venir y vengo aquí. Pero os diría que al mismo tiempo que hemos perdido también queda una jornada por disputar. Creo que los extremos se están tocando. Ahora estamos muy tristes pero igual el último día estamos muy alegres. No queda otra que seguir confiando en nuestras posibilidades. Quedan oportunidades y las apuraremos».
El técnico tolosarra lamentaba lo mucho que había cambiado la clasificación en apenas un par de minutos. «Fíjate. Cuando el partido había llegado al minuto noventa éramos segundos y ahora, cuando ha terminado, somos cuartos. Casi nada. Pero así es el fútbol y así hay que tomarlo».
Lillo no quiso profundizar en excesivas cuestiones tácticas sobre el juego, porque entendía que el partido se había desarrollado por otros derroteros. «Cuando termina el partido todo es muy sencillo. Se ve muy fácil. En lo más elemental, sin entrar en valoraciones de juego, era un partido más para la emoción que para el juego. No hemos hecho el 1-3 cuando hemos podido hacerlo y al final ha pasado lo que ha pasado. En esas dos situaciones hemos tenido el partido. Se han dado esas situaciones y no hemos acertado».
Lo que más lamentaba era que la Real no estaba pasando problemas en defensa hasta que llegaron los dos tantos postreros locales. «Es que es verdad. No estábamos pasando apuros. No era un partido de esos de decir, de la que nos hemos librado. Si el partido hubiera terminado así, con 1-2, nadie hubiera dicho de la que nos hemos librado. Pero qué le vamos a hacer. Igual que si hubiéramos ganado la alegría tenía que haber sido comedida, ahora tampoco debemos entrar en una depresión porque aún podemos ascender el próximo domingo».
Lógicamente Lillo tendrá que dar la vuelta a la situación, sobre todo desde el punto psicológico, aunque confesó que dentro de dos días los jugadores tienen que cargar las pilas para preparar el encuentro contra el Córdoba. «Vamos a ver cómo pasamos estos días. Creo que ellos saben que hay que llorar esto, como mucho, 24 horas. No tenemos tiempo para lamentarnos mucho más. A partir de las 48 hay que dejar de llorar y pensar en otras cosas».
No arroja la toalla
A pesar del golpe recibido, el técnico no arrojó la toalla en ningún momento y aún veía opciones de ascender en la última jornada. «Cosas más difíciles he visto y me ha tocado vivir en el fútbol. Y se han dado. Quién iba a pensar que se iba a dar esto. Que en dos minutos pasásemos de segundos a ser cuartos. Igual que ha pasado esto, ¿por qué no puede pasar al revés? Conforme pasaba el partido se engordaba la emoción y se encogía el fútbol. Quedaba saber quién era más determinante en las áreas y lo han sido ellos».
No obstante, la decepción sufrida volvía a aflorar en sus palabras cuando se le recordaba la gran ocasión que había dejado escapar la Real. «Éste es un deporte de grandes alegrías y grandes decepciones en secuencias tan cortitas y tan inverosímiles. Si dices que has estado pasándolo mal, pues bueno... pero no ha sido el caso. Hemos tenido el 1-3 tan claro en dos situaciones que no pensábamos que podíamos vernos en este trance. Ha sido un golpe muy duro por desgracia, pero tenemos que reaccionar porque el domingo aún nos jugaremos opciones de ascenso ante el Córdoba».
No hay comentarios:
Publicar un comentario