La reunión a tres bandas celebrada ayer en Zubieta entre Iñaki Badiola, la plantilla y los administradores concursales sirvió para aclarar las diferentes versiones que resultaron del encuentro que el presidente mantuvo la pasada semana con los jugadores. El mandatario insistió en aplicar una rebaja de un 30% en los salarios de los futbolistas, propuesta a la que éstos darán respuesta dentro de unos días. La heterogeneidad de los contratos podría impedir que la plantilla tome una decisión unánime. Algunos jugadores tienen contratos altos, pero otros aún mantienen fichas de canterano recién ascendido al primer equipo, por lo que el sentir mayoritario dentro de la caseta es negociar cada caso de forma individual.
Badiola se desdijo de muchas de las propuestas que había trasladado a la plantilla en su anterior reunión, y así se lo hicieron saber los jugadores -con los capitanes a la cabeza- a los administradores. Éstos se limitaron a escuchar los planteamientos de ambas partes e informaron sobre los pormenores de la Ley Concursal, rechazando las iniciativas del presidente que no se ajustaban a la realidad del proceso concursal. Volvieron a solicitar al Consejo la documentación que aún no han recibido, como el presupuesto para la próxima temporada o el plan de viabilidad para reflotar el club.
Badiola, visiblemente nervioso al tener que oír delante de los jugadores la versión de los administradores, hizo después un aparte con éstos para abordar cuestiones concretas de su gestión diaria. Aprobaron el fichaje de Moha y la venta de Vaughan al Blackpool, así como otros gastos de menor calado como el alquiler de pisos para los nuevos. No pudieron dar su visto bueno a la cesión de Riesgo al Recreativo de Huelva porque faltan por cerrarse algunos flecos del contrato, aunque en principio no se esperan problemas en una operación cuyo montante -y así se lo hicieron saber al presidente- no se ajusta al valor real del portero en el mercado.
Los jugadores que denunciaron al club fueron informados de que cobrarán el 100% del dinero que se les adeuda gracias al convenio firmado la pasada semana entre la AFE y la LFP, pero en un futuro tendrán que devolver la parte proporcional que resulte de la negociación de la quita.
Badiola se mostró confiado en poder seguir aumentando la deuda del club en busca del ascenso a Primera División, algo que los administradores negaron tajantemente pues la Real debe ser capaz de generar más ingresos que gastos antes del tercer año, según marca la ley. Este beneficio iría destinado a pagar a los acreedores. Si la entidad no es viable en un plazo de cinco años, el juez podría decretar la liquidación de la misma.
Apars llama a la reflexión
La Asociación de Pequeños Accionistas y Aficionados de la Real Sociedad (Apars) hizo público ayer un documento en el que invita a reflexionar sobre la manera de revertir el «desprestigio» y «pérdida de credibilidad» del club. En su hoja de ruta, la plataforma denuncia la «ausencia de proyecto» y la «fractura social» que sufre la entidad, y apuesta por un proceso de «refundación» como única vía de subsistencia.
Apars aboga por iniciar un «movimiento participativo y abierto» que ayude a la Real a proyectar «la imagen de una Gipuzkoa moderna». En el plano económico, considera fundamental la «contratación del equipo directivo» y la patrimonialización del club con un campo propio, lo que supondría «jugar con uno más» y la posibilidad de generar ingresos adicionales. Defiende asimismo la creación de una «plataforma con caras nuevas para implementar las políticas diseñadas».
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